¿Habré dejado mis huellas en el pasamano?

Y ponele que yo no hubiera visto nada o no supiera. No me creerían y lo mismo a la inversa. La cuestión es que yo no sé si vi o no vi, o es que ellos no quieren que diga.
Igual el viaje en la línea 142 de transportes fue largo y me dediqué a pensar en eso que uno nunca cuenta, salvo entre amigas de mucha confianza.
Me imaginé, yo mujer, yo condenada, llegando a una cita con el rimel corrido bajo el efecto del salvado. ¡Ay!.. Qué horror no poder aflojarse ni un rato por tener que estar siempre espléndida.
Estoy segura que si esos hombre que caminan por la calle me vieran cuando me paso el hilo dental frente al espejo no les darían tantas ganas de piropearme. O sí, nunca se sabe.
¿Y esos ronquidos o suspiros de mujer que mojan la almohada también los tenemos que esconder para agradar genitales masculinos? Insoportable tener que ser deseables todo el tiempo. Todas queremos respirar sin moscardones pegajosos que nos zumban en la espalda en cualquier esquina. Bueh, no sé si todas pero yo sí.
Decí que siempre hay un lugarcito en la parte de atrás de mi casa, cerca del jazmín y la rosa china donde puedo relajarme mientras me corto las uñas de los pies sin que vos, muchacho, presientas que de noche, ellas, mis plantitas, se tocan sin permiso.
¿Qué pasa? ¿Por qué tanto alboroto? Ni que se hubieran metido de golpe todos los del colectivo en mis pensamientos!
Las carteras señoras, de acá nadie baja dijo una voz masculina con uniforme azul.
Acomodo el cuello  y veo a tres o cuatro pibes con la cabeza en el piso.
Otra vez la voz masculina repite: de acá nadie se baja! Y ma sí, pienso, no bajamos, total yo no vi nada.
¡No miren! es un procedimiento, insiste el uniformado mientras le indica al chofer cerrar las puertas del colectivo.
¡Abajo! Desciendan, van a tener que esperar al próximo coche.
Qué suerte que nos bajaron, es la primera vez que me alegra tanto tener que esperar otro colectivo.
No tengo tarjeta, espero no nos quieran cobrar de nuevo. Lo único que lamento es no haber podido ver la cara de los pibes, a mi vecina le hubiera encantado que le anticipe las noticias fúnebres. Ver, lo que se dice ver, no vi pero la sangre corría.
Me parece que me bajaron en el futuro. Si lo cuento nadie me lo va a creer. Mejor ni pensarlo o pensarlo de otro modo.
¿Habré dejado mis huellas en el pasamano?